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Diadora nació como un taller artesanal donde se fabricaban botas de montaña. En poco tiempo, se consolidaron como las mejores botas de montaña y de trabajo del mercado.
En los años 60, Diadora fue la primera empresa italiana en desarrollar un nuevo concepto de marketing deportivo, que se tradujo en la elección de contratar a campeones de gran atractivo como testimonios. Campeones como Bjorn Borg y Roberto Bettega no sólo son importantes referencias deportivas, sino que se convierten en verdaderos iconos de estilo.
El deporte se convirtió en un fenómeno de moda y los productos de Diadora pasaron de la competición al ocio, contribuyendo no sólo a la historia deportiva de la época, sino también al gusto del momento en el nuevo mercado del "estilo de vida".